Todos los niños y niñas de la clase reconocen su nombre, y casi todos reconocen los nombres del resto de sus compañeros. Pero para llegar a este punto, todos los días dedicamos un ratito a jugar con nuestros nombres.Como es lógico, vamos variando los juegos para mantener el interés. Ahora nos estamos centrando en las sílabas que componen cada nombre. Yo no les digo que vamos a contar sílabas, sino que jugamos a dar palmadas a la vez que decimos el nombre ¡les encanta! Y el otro día decidimos clasificar los nombres según el nº de palmadas que dábamos. Los niños se pusieron a hablar en términos de competición y querían ver cuál de las columnas era la ganadora, así que aproveché para preguntarles sobre cuestiones numéricas:
-"¿Cuántos nombres deben salir de este grupo para que gane a este otro?".
Lo que me sorprendió es que algunos lo veían clarísimo y enseguida decían el nº de nombres necesarios para empatar o para ganar.
Finalmente ganó la columna de los nombres que tenían dos palmadas.
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