La pócima tenía un extraño olor...¡vamos, que olía mal! Pero como mis peques son muy atrevidos todos la quisieron oler.
Después les enseñé 10 botecitos de cristal vacios.
- "¿Cómo los podríamos repartir?" (Tiempo de poner en marcha las cabecitas y a pensar...)
Les doy una pista:
-"¿Cómo estamos organizados en clase?"
-"¡Por equipos!"-contestan algunos.
-"Pues le damos un bote a cada equipo"- proponen otros.
-"Pero nos sobrarían 5. Hay que repartir 2 botes a cada equipo"- concluye Felipe.
¡Y así lo hicimos!
Preparé 5 mesas con 2 botecitos cada una, además de medio limón (también tuvieron que decidir cómo se iban a repartir los 3 limones que nos hacían falta), y un sobre de Almax (que repartí más tarde).
En los dos botes eché la pócima preparada por Ataulfa y después serían ellos los que se organizarían para que todos participasen de la misma manera.
¿Qué ocurrirá?
Todos estaban muy intrigados...¿Nos podíamos fiar de lo que nos había dejado Ataulfa?¿Explotaría?¿Cambiaría de color?...¡Qué intriga!
¡Qué alivio! No ha habido ninguna explosión pero han salido unos colores preciosos.
Al principio les sorprendió el color de la pócima ¿Alguien sabe de qué estaba hecha, jeje? (No es pintura). Después les encantó el guarreteo ¡como no! Y al final, algunos grupos decidieron unir las dos pócimas resultantes. Pero hubo quien no las juntó y así todos pudimos admirar los colores obtenidos.
Por equipos observan, comentan entre ellos, huelen... y cogen gotitas que extienden en el papel blanco para admirar mejor los colores resultantes.
¡La actividad les encantó!
Por cierto, nos quedó una pequeña cantidad de la pócima original ...¡algo haremos con ella!
¡Qué gran trabajo han hecho con la pócima! Ya nos enseñaréis que hacéis con lo que os quedó de la pócima original ji ji Un abrazo.
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