Utilizamos bolsas de basura pero las adornaron tan bien que casi parecían pieles auténticas, jeje.
Les enseñé bolsas amarillas y les dije que eran para hacer la piel del tigre dientes de sable; después les enseñé las bolsas blancas y, antes de que yo dijera nada, Felipe dijo que también había tigres blancos. ¡Mejor así pues todos querían llevar pieles de tigre!
Las rayas las hicieron con cinta adhesiva negra ¡y no creáis que es una tarea fácil! Menos mal que estos chicos se ayudan entre ellos.
¡Ah! Antes hubo que cortar las sisas y el cuello, además de escribir su nombre en la parte de abajo del traje... ¡con un rotulador indeleble! (¡Cómo me gusta que mis peques aprendan palabras nuevas, jeje! )
La pena es que se me pasó dibujar los piquitos del traje en la parte baja...¡Pero quedaron igual de graciosos!
Se adornaron con los huesos (en la cabeza las chicas y al cuello los chicos) y con sus preciosos collares de conchas.
Aunque el toque especial lo puso la pintura de la cara ¡daban miedo, jeje!
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