Hace semanas que Pato nos dejó para visitar a unos parientes que estaban de paso por las Tablas de Daimiel.
Esta semana regresó. ¡Qué alegría tan grande se llevaron mis peques cuando lo vieron de nuevo! Además venía con un regalo: para no olvidar ni sus caras ni sus nombres y tenerlos muy presentes, confeccionó unas tarjetas muy prácticas.
Pero como ya está de nuevo con nosotros se las ha regalado para que aprendan a escribir su nombre. ¡Qué detalle, je, je!
Se trata de unas tarjetas plastificadas para ser utilizadas con rotuladores de pizarra blanca.
Este material se encuentra a su alcance, en el rincón de la biblioteca, para que lo puedan utilizar cuando quieran.
La idea se la debo a mi amiga bloguera Miren, del blog "La clase de Miren". Allí encontraréis muchas ideas para trabajar con los peques.
Qué chulada!!!
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