Ya he comentado en otra entrada que los cuentos que llegan a clase los contamos durante una semana.
El último que les he contado ha sido "Las 7 cabritillas y el lobo", aunque cada día de diferentes maneras.
El primer día se lo conté utilizando una preciosa marioneta que me regaló mi compañera María Luisa.¡Mirad qué bonita! La mamá-cabra lleva a sus hijitas en los bolsillos y el lobo aparece si le das la vuelta a la mamá.
Otro día se lo narré... y cuando llegó el momento en el que el lobo se llena la pata de harina ¡además de echármela yo, se la fui echando en una de sus piernas! ¡Les encantó tocarla y notar su suavidad! ¡Además de sorprenderles mucho, je, je!
Por último, lo dramatizamos: reparto de papeles entre los peques (y ayuda de la "seño"). También utilicé una marioneta para hacer de lobo que impresionó bastante a la chiquillería.
La representación se repitió varios días para que participaran todos los voluntarios.
Este tipo de propuestas les ayuda a desinhibirse y a expresarse delante de los demás ¡cosa nada fácil!
¡Repetiremos la experiencia con otros cuentos!
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